sábado, 21 de noviembre de 2009

Entrelíneas

El diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la palabra entrelínea como “lo escrito entre dos líneas”. Por alguna razón global la escritura de los médicos es bastante difícil de leer y más de interpretar. Escuché decir a alguien que cuando se evalúa un candidato a estudiante de medicina, se lo descarta si tiene buena letra… Si las cosas están claras y la escritura legible, no hay nada que podamos leer entrelíneas; solo nos queda la contemplación de un espacio vacío, más o menos acotado por la distancia entre las palabras.
Cuando se trata de la prosa de la vida, la cuestión es otra y las definiciones sucumben ante lo subjetivo del juicio y la limitación de los sentidos. Es precisamente ahí, en los hechos simples y cotidianos del devenir que podemos encontrar una lectura deliciosa, nutrida, bella, insípida, espantosa o cruel entre las frágiles líneas que llenan los renglones de la existencia.
El tema de hoy son los adolescentes y sus cuestiones. Existe la tendencia natural de considerar modelos de adolescentes normales como estereotipos rígidos y obsoletos (Estereotipo: imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable, DRAE). Me pregunto ¿qué es un adolescente normal?, mas aun ¿qué es normal?
De ellos nos acordamos cuando necesitamos mano de obra barata y voluntaria o cuando salta alguna situación que reactiva nuestra cada vez más suspendida capacidad de asombro.
Corresponde a esta etapa de la vida el derecho a probar, equivocarse, revelarse y hasta provocar alguna reacción en nosotros, los adultos; el derecho a ser incompletos en el proceso de crecimiento y desarrollo.
Araceli Estevez en su blog (http://elpasadoquemeespera.blogspot.com/2009/04/bus-al-insti.html) transcribió una frase escrita en el respaldo de un autobús: “Si antes no muero de corazón roto, el domingo cumpliré dieciséis”. La pasmosa levedad del ser escrita en una frase que supera al propio Milan Kundera describe la turbulenta cinética que mueve al adolescente y nos obliga a reflexionar sobre nuestro rol de adultos como referentes y cuidadores.
El psicólogo estadounidense G. Stanley Hall afirmó que la adolescencia es un periodo de estrés emocional derivado de los cambios psicológicos importantes y rápidos que se producen en la pubertad. Sin embargo, los estudios de la antropóloga estadounidense Margaret Mead mostraron que el estrés emocional es evitable, aunque está determinado por motivos culturales. Sus conclusiones se basan en la variación existente en distintas culturas respecto a las dificultades en la etapa de transición desde la niñez hasta la condición de adulto.
La propuesta de hoy es invitarlo a alejar la página, a ver el bosque y no solo el árbol. Ser para nuestros adolescentes un continente donde puedan crecer sanos, felices y rebeldes.

5 comentarios:

Lorena. dijo...

Agregaria que los adolescentes tienen la capacidad de traer a nuestra realidad lo que no queremos ver en nuestro caracter,...en cierta manera nos "fuerzan" a leer entrelineas??, por eso buscamos el "modelo" de adolescente para no ser confrontados.Agregaria tambien que el derecho de equivocarse del adolescente, muchas veces es la segunda oportunidad del adulto...no deberiamos estar agradecidos?

Nestor Zawadzki dijo...

Cierto, Lorena. Ojalá otras "segundas oportunidades" fueran tan accesibles a nosotros los adultos.
Nestor

Lorena. dijo...

Director y actor de teatro italiano, Vittorio Gassman, escribio lo siguiente: "El unico error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas, una para ensayar y otra para actuar."

Nestor Zawadzki dijo...

"Show must go on" (el show debe continuar) en la fugaz puesta en escena de la vida: aciertos y errores hasta que caiga el telón.

Lorena. dijo...

Con aplausos o sin aplausos? Cuidate. Lorena.