lunes, 25 de octubre de 2010

Colores

“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más preocupa es el silencio de los buenos.” M. L. King

Martin Luther King, nacido en 1929 y asesinado en 1968, religioso estadounidense y premio Nobel de la Paz. Fue uno de los principales líderes del movimiento para la defensa de los derechos fundamentales e importante defensor de la resistencia no violenta ante la discriminación racial. Convencido que “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”, procuró de manera pacífica la convivencia y la no discriminación. Como religioso sabía que “constituimos una sola hermandad [y como tal] debemos actuar con nobleza y valor ante la vista de Dios y nuestro Salvador, no importa qué sea lo que perdamos o lo que ganemos. Como cristianos que aceptamos el principio de que todos los hombres, blancos y negros, son libres e iguales, [debemos adherirnos] a este principio, y no [demostrar] cobardía frente al mundo y los seres celestiales.” (E. White).
Defensor de la esperanza como generadora de ideales y convencido que la violencia crea más problemas sociales que los que resuelve, señaló los riesgos sociales y morales que concebía la discriminación.
Aunque no lo admitamos la discriminación tiñe nuestros pensamientos y actos en todos los ámbitos. Hasta le ponemos colores ("negro") a la cultura, las ideas políticas, las simpatías futboleras y la procedencia urbana. Generalmente usamos epítetos despectivos y humillantes para darle más contraste a la segregación. Tampoco se salvaron las iglesias de por aquí, que solían mostrar en sus primeros bancos trenzas rubias y ojos azules ocultando de la vista del predicador los pelos chuzos y las pieles trigueñas que se apretaban en el lugar del fondo, estrictamente asignado. Como si Dios fuera monocromático y parcial.
En política y sociología se reconoce el precio de la discriminación. La exclusión social, política, económica, sanitaria, urbana y ambiental, entre otras, tiende al equilibrio con formas generalmente violentas. La carencia de servicios básicos, común en la Argentina del siglo pasado, no puede concebirse en nuestros días. Quienes son obligados a permanecer al margen de los derechos elementales pierden progresivamente su dignidad, la esperanza y se deshumanizan. ¿Qué se puede perder cuando no hay nada más que perder?
Henry David Thoreau (1817-1862) escritor, poeta y pensador, fue defensor de la no violencia y el pacifismo. Escribió el Tratado sobre la desobediencia civil. En este texto declara que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle. Con respecto a la discriminación escribió: “Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.”
Los avatares políticos locales muestran que las personas están dispuestas a apoyar aquellas ideas que promueven la restitución de sus derechos legítimos y restauran su dignidad. Tengo la sensación que la balanza puede equilibrarse si tomamos una clara conciencia de nuestra responsabilidad política. La ley de la siembra tiene su cosecha en las urnas donde los errores históricos se pagan. Coincido con Martin Luther King: “Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.”

lunes, 18 de octubre de 2010

El Sindrome MIA

Hace un tiempo, investigando sobre el acoso moral en las instituciones, un amigo psicólogo me recomendó buscar información sobre el síndrome de mediocridad inoperante activa (MIA).

Según el psiquiatra español Gonzalez de Rivera, quien describió el síndrome en 1979, “la tensión interna que fuerza a la superación del estado actual es un rasgo propio de la condición humana. Cuando esta presión por la excelencia supera las posibilidades de expresión, pueden aparecer distintos tipos de patología. En el polo opuesto, el defecto o inhibición de la presión por la excelencia también origina patología o ‘trastornos de mediocridad’. La mediocridad inoperante activa (MIA), es la forma más maligna, con exacerbación de las tendencias repetitivas e imitativas, exagerada apropiación de los signos externos de creatividad y excelencia, ansia de notoriedad que puede llegar hasta la impostura, (pretender ser algo que no es) y, sobre todo, intensa envidia hacia la excelencia ajena, que procura destruir por todos los medios a su alcance.”
Con puestos de poder pueden generar enormes cantidades de trabajo absolutamente innecesario que se impone a los demás y dificulta el desarrollo, el avance y la realización de actividades creativas. Además es un sujeto proclive a la envidia, puesto que sufre ante el progreso ajeno y, por ello, tiende a destruir la excelencia, desarrollando sofisticados mecanismos de control, persecución y entorpecimiento. Se tiende a destruir el sujeto mínimamente brillante o percibido como amenazante o al que señala como vulnerable. Para ello se callan sus logros, se difunden insidias (a escondidas, sin dar la cara, en cenáculos privados y privativos de crítica y contraste) y se amplifica todo rumor o dato equívoco que invite a la descalificación y desprestigio de esa(s) persona(s) brillante(s), amenazante(s) o simplemente vulnerable(s). Lo relevante es que se señala la destrucción de las personas, puesto que estos mediocres inoperantes no van a entrar nunca en las ideas ni en los contenidos. Aquí se sitúan las venganzas indiscriminadas, las represalias, el rencor, el temor por propia inseguridad, escalar posiciones a cualquier precio, el ascenso de seres con preclaras oscuras intenciones. (Camps 1999)

Las organizaciones reproducen lo que son sus integrantes, cuanto más específica sea una organización o cuanto más pequeña sea, en ocasiones, tiene más núcleos perversos que les hace funcionar en doble vínculo permanente y terminan por dificultar el progreso de sus miembros más valiosos, con lo que liquidan su activo, aunque detenten y ejerciten el poder y, aparentemente, lo hayan obtenido estatutaria y legítimamente. (Camps 1999)

Amenazas como “si no te gusta te vas” o “hay diez personas esperando tu puesto”, que funcionan mas con las bestias que con los humanos, generan un ambiente de trabajo insalubre con marcado deterioro del trabajador. Quienes verdaderamente se identifican con la empresa y ponen el hombro día a día, perciben que no forman parte del conjunto o de un proyecto global. El desgaste que produce trabajar en una situación de permanente amenaza e inseguridad genera el agotamiento prematuro (burn out) y el desmoronamiento de la calidad productiva.

Cuando se instala el “reino de Herodes” sea en el ámbito laboral, político, social o de la administración pública, hacer el diagnóstico es imprescindible para iniciar el tratamiento.

sábado, 16 de octubre de 2010

Descubiertos, seducidos y conquistados

Tuve el raro privilegio de participar como invitado a un consejo indígena en una comunidad Nivaclé al norte del Paraguay, casi en la frontera con Bolivia. Los nativos se habían dividido en dos grupos con sus respectivos caciques y discutían a quién pertenecía el único pozo que proveía agua a la comunidad. Otrora, el agua se obtenía de lagunas distantes o con aljibes improvisados generando enfermedades por las condiciones sanitarias insuficientes. Las napas superficiales son saladas, el agua debe extraerse de pozos de más de 150 metros de profundidad. La irregularidad de los vientos no permite la utilización de la energía eólica para la extracción y bombeo. Por esta razón una ONG patrocinada por la Comunidad Europea perforó un pozo equipado con una motobomba diesel. El combustible y algunos víveres se llevan semanalmente desde una ciudad distante a más de 170 km. Hasta la construcción de esta obra, la comunidad se mantenía unida. La lucha por la superviviencia los hacía solidarios. Quienes llevaron el progreso, iniciaron una crisis social insospechada, difícil de revertir.
El descubrimiento de América y la fascinación de los nativos ante los colonizadores significaron el fin de su cultura, sus riquezas y su gente. Los líderes autóctonos vieron la posibilidad de aliarse a los dioses que venían del este y, así, aumentar sus dominios. El resultado fue la dispersión, la mescolanza y el saqueo. Solo quedaron las heridas sangrantes de una América que sigue seducida por las promesas y dividida por la inequidad viendo como los conquistadores escriben la historia, justifican la masacre y expolian sus riquezas.
Si tomamos como ejemplo nuestra comunidad desde la perspectiva de la tierra, vemos que la historia se repite. Los fundadores no dudaron en donar su patrimonio para un proyecto comunitario. Soñaban con mejorar la condición de vida de sus hijos y pusieron todo su empeño en consolidar sus objetivos. Para los que venían a sumar esfuerzos se construyeron viviendas dentro de las posibilidades económicas de cada uno, se urbanizaron áreas para satisfacer la demanda ofreciendo terrenos a un precio racional y justo. Pero así como el oro de América atrajo a los adelantados, aquí también desembarcaron conquistadores, no con espadas o cruces, sino con chequeras. Se adueñaron de la tierra, alteraron el libre equilibrio de la oferta y la demanda. El precio se elevó a cifras irracionales, haciendo inaccesible la casa propia para la mayoría. Donde hasta hace poco pastaban vacas se construyeron caminos y cloacas a una velocidad asombrosa, con pocos datos sobre el origen de los recursos. Algunos, por ignorancia o prebenda, confundieron a los inversionistas con dioses y les rindieron un trato preferencial desde la gestión que les cupo, algo parecido a lo que pasó hace cinco siglos.
Para saber que significó la conquista de América, lo invito a pararse sobre uno de los registros cloacales de los deshabitados terrenos baldíos de cualquier loteo periférico y preguntarse por qué en Puiggari o Camarero, donde viven personas que desde hace décadas pagan sus impuestos, no existe este servicio básico. Si observa con cuidado podrá ver alguna carabela cargada de oro, con el sol reflejado en la coraza de un conquistador o en un cartel publicitario; casi lo mismo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Manualidades

“Trabajar con las propias manos en el ambiente tridimensional del mundo real es imperativo para el desarrollo cognitivo e intelectual completo” Aric Sigman

Este análisis de la realidad educativa local me remonta a las épocas de la escuela donde nos enseñaban, a nenas y varones, a coser, pegar un botón, hacer ruedos, zurcir y remendar una ropa, etc. Además teníamos una huerta que cultivar, cuidar y cosechar. La cantidad de "horas perdidas" en manualidades no colisionó con el aprendizaje, sino que, décadas mas tarde, este método empírico es reivindicado por los pedagogos del mundo.

Los datos históricos muestran que las mejores calificaciones en los exámenes de ingreso a las universidades públicas o privadas son obtenidas por alumnos que provienen de colegios técnicos. Estas son instituciones especializadas en preparar estudiantes para entrar y moverse dentro del mundo laboral desde la formación media.
Con evidencia científica podemos sostener que la educación técnica, la enseñanza asociada al trabajo manual, favorece el desarrollo de estrategias de aprendizaje.

El trabajar con elementos concretos les permite a los jóvenes experimentar cómo actúa el mundo en la práctica, comprender el funcionamiento de diversos materiales, generando una base para la incorporación de conceptos abstractos.
De acuerdo a un reciente estudio del Ruskin Mill Educational Trust de Gran Bretaña, el desarrollo cerebral está hoy en día bajo amenaza debido a la falta de trabajo manual en los hogares y escuelas. Muchos establecimientos educativos han suprimido las clases de música, las actividades creativas y los trabajos artesanales. Esto parece ir en detrimento del desarrollo cognitivo e intelectual agravado por el reemplazo, en el ámbito doméstico, del juego no estructurado y las actividades manuales por la computadora y televisión.
Este reporte ha señalado que Gran Bretaña se está convirtiendo en una “sociedad del software en lugar del destornillador”, afirmación bastante ilustrativa sobre el cambio social progresivo. Las investigaciones en neurociencias cognitivas y psicología muestran sorprendentes beneficios en los alumnos de escuelas que incorporan el trabajo manual, urgiendo a modificar las actividades de la educación convencional. Más allá de los aspectos cognitivos y neurológicos del curriculum orientado a las habilidades prácticas, estas actúan como procesos secundarios mentores del aprendizaje. Se producen beneficios ulteriores que ayudan al desarrollo del alumno, mejorando las competencias sociales y la viabilidad de conseguir empleo, aun en alumnos con dificultades de aprendizaje.
En las últimas décadas la demanda de educación universitaria desplazó las inversiones en educación básica, lo cual se demuestra en la saturación del sistema educativo inicial e incapacidad de satisfacer las necesidades pedagógicas dentro de condiciones medianamente aceptables. El discurso de la “sociedad del conocimiento” considera una prioridad rentable la creación de universidades. Con cierto desprecio erudito descuida la formación en oficios y ocupaciones semicalificadas. El resultado es la abrumadora dificultad para cubrir la demanda y el costo de mano de obra calificada en los diferentes oficios.

La demanda de educación primaria y media en Libertador ha saturado la oferta. Además de un importante rediseño estructural, nuestra ciudad requiere un plan educativo que considere este déficit sin demora. Una buena alternativa es concretar proyectos de educación técnica.
Ahora que se están perfilando las candidaturas y se redactan las plataformas electorales con el fin de acaparar los votos de los ciudadanos, sería importante apoyar aquellos planes de gobierno que contemplen el impulso de la educación básica y la implementación de la educación técnica accesible para todos en nuestra comunidad. Los problemas no resueltos oportunamente, generan grandes costos sociales y económicos. En materia de educación necesitamos en forma perentoria líderes calificados y proyectos concretos.