domingo, 27 de junio de 2010

El mejor gol

En la historia del fútbol y, en particular, de los mundiales, se repite una constante: de la crítica al elogio solo media una victoria; del pesimismo a la euforia, un gol y viceversa.
Sin ser fanático del deporte y la afición futbolera, disfruto de los buenos partidos y reconozco cierta taquicardia cuando juega el equipo de mi preferencia. Me gusta ver un buen gol, incluso aquellos donde interviene “la mano de dios” o se entromete “la cola del diablo”.
Un buen gol es una mezcla de ballet, ajedrez y lotería de año nuevo. En ese segundo de gloria se combinan las habilidades individuales, la acción colectiva, el error del rival y la ansiedad del público, que en este mundial se siente en el zumbido molesto y persistente de las vuvuzelas.  A propósito,  según Wikipedia una vuvuzela es una especie de trompeta larga de plástico utilizada por los aficionados para animar a sus equipos, especialmente en el fútbol sudafricano. El sonido que produce es similar al barritar de un elefante o al zumbido de una abeja, con una intensidad a corta distancia de 127 decibeles, casi la misma de un avión al despegar (130dB).
El gol de la victoria es un elemento prodigiosamente aglutinante. El fútbol en sí lo es. Desde que comenzó el mundial muchos temas de discordia pasaron a segundo plano, se siente un optimismo colectivo que contagia. Hace unos días alguien decía en televisión que “un jefe que no deja a sus empleados mirar el mundial, ¡merece ser expulsado del país!”. En nuestro medio algunas empresas se adelantaron otorgando a su personal licencias para ver los partidos en lugares habilitados. Los colegios modificaron los programas de clases condicionándolos a los horarios en que juega nuestra selección. Incluso los consultorios médicos se vieron vacíos en esos momentos, demostrando que muchas urgencias no dependen tanto del estado del paciente como de su nivel de ansiedad por ser atendido, es decir, de sus prioridades.
Precisamente de eso quiero escribir aquí, de prioridades. La Ley de contrato de trabajo argentina establece que “la compensación por licencia por supuesto justificado de cuidado de hijo enfermo menor de edad a cargo será equivalente al 25% de la remuneración de la trabajadora”. Notablemente no menciona al padre trabajador. En el Mercosur solo Chile establece en el Código de trabajo una licencia a ambos padres por enfermedad de hijo menor de un año, cobrando subsidio.
La Convención sobre los Derechos del Niño determina en su artículo 3º que “en todas las medidas concernientes a la infancia que tomen las instituciones públicas o privadas  se atenderá el interés superior del niño”. En materia de salud incluye el derecho del niño  enfermo a ser cuidado por sus progenitores; un derecho que debería garantizar  a los padres la estabilidad laboral y las remuneraciones como muestra de compromiso social con la infancia.
No hay nada más terrible que ver a un niño enfermo y solo ante la desgracia. Debido a las presiones laborales, muchos padres envían a sus hijos enfermos a guarderías o escuelas. Si podemos  conceder una licencia para ver el mundial, podríamos hacerlo por los niños enfermos cuando más necesitan la compañía de sus padres.  Este sería un memorable golazo de media cancha.

lunes, 21 de junio de 2010

La bandera del padre

“El dolor del mundo anda por ahí, descalzo por las cumbres y los llanos, sin que nadie venga a coronarlo con laureles. Y si en una ocasión alguien acude, lo hace demasiado tarde, cuando ya no importa.” A. Colombres “El ropaje de la gloria

Veinticinco días antes de morir Belgrano dictó su testamento. Declaró que no teniendo ningún heredero, instituía como tal a su hermano el religioso Domingo Belgrano, comisionándolo secretamente a pagar todas sus deudas y dar todo el remanente de sus bienes a su hija natural, encargándole que hiciese de padre y le diera una buena educación.
Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nace un 3 de junio de 1770, en Buenos Aires. Realiza sus estudios en Salamanca y en Valladolid, España. Como funcionario americano de la Corona Española, encargado de entregar los permisos de embarque y desembarque de productos de comercio, hubiese podido amasar una considerable fortuna. Sin embargo su compromiso con la revolución de su patria fue un gesto de desprendimiento remarcable que le valió una oprobiosa miseria (P. O’Donell). Esta entrega personal también significó perder el amor de su vida, Dolores Helguera, cuando en 1818 recibió la orden de marchar hacia Santa Fe. Dolores estaba embarazada y sus padres la obligaron a casarse con otro hombre que poco tiempo después la abandonó. El 4 de mayo de 1819 nació la hija de la pareja, Manuela Belgrano. Aunque los enamorados volvieron a encontrarse, no pudieron casarse porque el divorcio no era legal.
Si bien son conocidas sus acciones en el campo militar, pocos saben de su condición de pensador y de sus proyectos para la construcción de una patria grande más allá de las armas. Una de sus iniciativas fue la creación de escuelas de enseñanza gratuita en la campaña. Propuso una reforma agraria, modernizando los instrumentos de labranza, mejorando los métodos de eliminación de plagas y utilizando técnicas de drenaje de suelos inundables con el objetivo de optimizar el rendimiento del trabajo agrícola. Insistió en el valor agregado de la materia prima elaborada.
Fue un entusiasta impulsor de la educación. Donó su estipendio para la fundación de escuelas. Escribió un “Reglamento” que establecía salarios dignos para los docentes y un sistema de concurso u oposición para ocupar los cargos. Recomendaba: el maestro “procurará con su conducta en todas sus expresiones y modos inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la verdad y a la ciencia, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio a todo lo que tienda a la profusión y al lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional que les haga preferir el bien público al privado" (art.18)
Muere el 20 de junio de 1820 pobre y abandonado por su patria. Solo un periódico de Buenos Aires, El Despertador Filantrópico, publicó un escueto artículo sobre su muerte. Entre sus pertenencias quedó un pantalón descolorido y apolillado que ilustra la soledad inmensa, el desprecio y la ingratitud con que se le retribuyó habernos dado una patria y su insignia. Colombres tiene razón cuando asegura que “la gloria es un ropaje vacío, un pantalón remendado que ya nadie usa.”

lunes, 14 de junio de 2010

El 2º Mundial de Sudáfrica

La publicidad de una gaseosa sponsor de este mundial muestra a un niño africano corriendo, escalando feliz, hasta alcanzar la cima de una montaña. Allí, premiando su esfuerzo, recibe una botella con su oscuro y burbujeante contenido.
Los datos demográficos muestran otra realidad. La mayoría de los niños y niñas debe correr, pero no detrás de una bebida carbonatada, sino para escapar de la violencia, la mortalidad infantil, el analfabetismo y el SIDA.
Según datos de Unicef la tasa de mortalidad infantil del 2008 para menores de un año es de 48 por mil, la esperanza de vida al nacer de 52 años, el 12% de los menores de 5 años padece desnutrición moderada-grave, menos del 70% de los menores de un año presenta las vacunas para la edad. El 26% de la población vive por debajo de la línea de pobreza, es decir, con menos de 1,25 dólares por día. La violencia es la segunda causa de muerte. Solo el 77% de los niños termina la primaria y 67 de cada 1000 niños muere antes de los 5 años.
Si comparamos los mismos indicadores para Argentina, la esperanza de vida al nacer es de 75 años, la desnutrición moderada-grave es del 2%, la cobertura de vacunas llega al 92%, el 87% termina la primaria y el 5% vive por debajo de la línea de pobreza.
Uno de los flagelos de Sudáfrica es el SIDA. La incidencia es del 18,1%; 1 de cada 5 personas entre 15 y 49 años padece esta enfermedad. (La incidencia Argentina es del 0,5%).
El 31 de octubre de 1997 el parlamento sudafricano aprobó una enmienda a la ley nacional sobre medicamentos, que promovía la importación a gran escala de medicamentos genéricos para tratar distintas enfermedades, entre ellas el SIDA. Fue firmada por Nelson Mandela el 25 de noviembre.
Producidos por laboratorios de la India y Brasil, esos medicamentos tienen la misma calidad que los comercializados por las trasnacionales, pero su costo es muchísimo más bajo, entre 30 y 40 veces menos, haciéndolos accesibles a la mayoría de la población.
El 18 de febrero de 1998 la Asociación de la Industria Farmacéutica de Sudáfrica y 39 laboratorios internacionales demandaron al gobierno sudafricano ante la Alta Corte de Justicia de Pretoria, por considerar que las nuevas disposiciones jurídicas violaban la ley nacional de patentes. (Mergier M. Proceso 13/05/2001)
Esta situación generó una protesta global desde las organizaciones de derechos humanos, Médicos sin Fronteras, Oxfam y Treatment Action Campaign (TAC). Miles de firmas alrededor del mundo y la presión de personalidades reconocidas, lograron que las potencias farmacéuticas transnacionales retiraran la demanda el 19 de abril de 2001. Fue un día de gloria para la salud pública, pues este derecho a la salud, con medicamentos seguros y accesibles beneficia a muchos países pobres a partir de ese momento.
El otro mundial, este que estamos disputando, se terminará en unas semanas con un vencedor y muchos vencidos; el primer “mundial” de Sudáfrica contra las farmacéuticas transnacionales nos dio la victoria a todos, aunque nadie saliera a festejarlo por las calles.

lunes, 7 de junio de 2010

Barras de chocolate

Confieso abiertamente que soy político pero no partidario. Reconozco que me gusta leer entrelíneas los mensajes que se generan en el campo social y político de la sociedad en la que vivo. Admito que me gusta el chocolate con menta y que mi capacidad de asombro, que creía saturada, volvió a ser sacudida con un par de noticias de la semana pasada.
Algunos datos sugieren que los niños y niñas reciben de la televisión más del 80 % de la información. El 20% restante la reciben de la escuela, del ambiente familiar y de la calle. Pero además, la información que reciben de los medios de comunicación les parece más cercana a la realidad, mientras que la escuela y el profesor tratan la información de forma demasiado academicista, en un encuadre teórico alejado de sus necesidades y contextos.
Me pregunto qué pasa con los adultos. ¿Cómo construimos nuestra realidad? ¿Cómo sustentamos nuestras convicciones sociales, morales o políticas?
Mientras se sigue discutiendo en el senado de la Nación la polémica ley de medios, la televisión hostigó con dos noticias principales: las vicisitudes de la vida emocional de Ricardo Fort y la incógnita acerca del origen del fondo financiero de los barrabravas que van al mundial de Sudáfrica.
A cualquier hora y más allá del formato de programación la mayoría de los canales de TV mostraban y disecaban la vida emocional indefinida y lacrimosa del heredero del imperio chocolatero y exponían los informes calculando el origen y los montos percibidos por los barrabravas para estar en el mundial; la nada despreciable cantidad de 824.000 dólares según el cálculo somero de un canal.
Les confieso que tanta redundancia hizo que me hartara a tal punto que decidí no consumir los riquísimos medallones de menta que fabrica el chocolatero en cuestión.
Solamente el canal oficial estuvo relativamente ausente de esta puesta en escena, dando un minuto de respiro a la mente y la razón. Lamentablemente para la mayoría es un canal cultural, oficialista y aburrido. Es que después de tanta basura mediática uno tiende a tolerar lo nauseabundo y el aire puro parece insuficiente.
¿Y que en cuanto al colectivo urbano, nosotros, el resto de los mortales? ¿Qué nos queda en conclusión? Me pareció ofensiva y casi obscena la invitación hecha por el Jefe de Gobierno de Bs. As., Mauricio Macri al señor Fort para que desde la platea asista a la ceremonia de gala de la reapertura del teatro Colón en ocasión del bicentenario. En realidad no cuestiono que Fort estuviese invitado, lo trágico fue que el bailarín Julio Bocca o el ciudadano ilustre de Bs. As., Daniel Rabinovich (Les Luthiers), indiscutidos representantes de la cultura nacional fueran ubicados en lugares menos privilegiados. El mensaje político parece claro: no hace falta ser un hombre de bien, legar esfuerzo y cultura; es la oportunidad mediática el galardón y la razón de ser. La misma razón política y económica que premia el proferir insultos, el agravio y la ofensa desenfrenada de los barrabravas con pasajes y estadías al mundial como embajadores de un país que sigue en la pavada, estupidizados, eso sí, con televisores LCDs que pagaremos en cuotas y con tecnología digital de alta definición que nos permitirá repetir hasta el infinito las escenas que nos plazcan...como que no es suficiente lo que ya sobra.