lunes, 12 de abril de 2010

Rescatar la Esperanza

En la mitología griega, Pandora fue una hermosa mujer, creada por orden de Zeus como parte de un castigo a Prometeo por haber revelado a la humanidad el secreto del fuego. Los dioses la dotaron de virtudes y acompañada de un ánfora maléfica fue enviada como obsequio. Conociendo la furia de Zeus, Prometeo advirtió a su hermano Epimeteo no aceptar ningún regalo de los dioses. Sin hacerle caso aceptó a Pandora, enamorándose de ella y finalmente tomándola como esposa. Hasta entonces, la humanidad había vivido una vida totalmente armoniosa en el mundo, pero Pandora abrió el ánfora que contenía todos los males liberando las desgracias humanas, incluidas la vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza y el crimen. Pandora cerró el ánfora justo antes de que la esperanza saliera.
Anticipándose en siglos a las nuevas corrientes psicológicas, los griegos habían percibido el valor de la esperanza. Constituye el eje transversal de las doctrinas y creencias de la mayoría de las religiones del mundo y es una útil herramienta terapéutica en la medicina actual.
Un tema que me preocupa enormemente es la creciente apatía y pérdida de asombro que percibo en los niños, niñas y adolescentes. A medida que crecen buscan estímulos cada vez más intensos para producir alguna sensación que, a poco de experimentarla, se vuelve obsoleta y aburrida. La saturación audiovisual por medio de aparatos y pantallas es evidente. Parecen conformar un apéndice incorporado a su anatomía. Tal vez el mayor impacto negativo se produce en el área de la comunicación: la interacción física y verbal desaparece o se transforma en un histérico titilar de íconos, imágenes y “pop ups” (pantallas emergentes con mensajes o publicidad).
Es que las tecnologías de la información y comunicación cada vez más accesibles irrumpieron tan abruptamente que no generaron el tiempo suficiente para socializarlas y crear el espacio de reflexión adecuado y necesario para analizar su impacto. Hay un exceso de información y una escasez de conocimiento abrumadores.
En los últimos años la información incorporó el concepto de catástrofe como eje. Los canales documentales bombardean diariamente con series sobre el fin del mundo, la crisis del agua y energía en la próxima década, las enfermedades incurables, la morbosidad de una sala de urgencias o la violencia en vivo. Aun las catástrofes naturales últimas pasaron rápidamente al olvido como si no hubieran sido más que una serie de TV; se terminaron Haití o Chile, ahora viene la tanda publicitaria…
Intentemos, por un instante, ver el mundo con los ojos de un niño o adolescente. No hay futuro posible; las certezas incluyen catástrofes, penurias y enfermedad. Ante la incertidumbre negarse a crecer con la consecuente apatía resulta la mejor opción. Se impone desde la familia crear los espacios reflexivos y generar las herramientas necesarias para redimir la esperanza. Como Pandora, tal vez estamos a tiempo para tapar el ánfora apagando el televisor, compartiendo tiempo para rescatar la perplejidad y alegría que conforman la vida.

9 comentarios:

Lorena. dijo...

peQue tema Nestor!...hay un gran grupo de padres asustados y otros "anestesiados" por todo esto.

Hay un principio que he aprendido, " no le quites nada a tu hijo sin asegurarte de ocupar ese vacio"...muy sabio, no siempre facil de hacerlo!

Lamentablemente sustituimos el tiempo de los padres con "aparatitos electronicos" de toda clase!
No creo en "calidad" sobre "cantidad".
Me pregunto si podemos "rescatar la esperanza"..."Esterilizar" el medio que nos rodes se ha tranformado como en una mision imposible, la presion social es tan grande que hace dividir en los dos grupos de padres que mencione... entramos en panico o nos anestesiamos! ninguno de los dos me gusta....

Nestor Zawadzki dijo...

Es asi Lorena, requiere de una gran cuota de ejercicio mental ver la copa medio llena y no medio vacía. Desde lo gestual hasta lo filosófico nuestra desesperanza puede ser contagiosa. Aun en lo terrible hay un reflejo luminoso. Como la pintura de Gericault, La balsa del Medusa, donde los náufragos viven el mismo naufragio desde diferentes actitudes... solo algunos creen ver en el fondo las imagenes difusas de las velas de un navio.

Ana Lopez Acosta dijo...

Realmente, qué tema! Acuerdo con Lorena, el "lema" calidad sobre cantidad conviene a los padres, y amortiguar el impacto del medio es una tarea - para mi - titánica, siento que estoy en la lucha, intentando logar un equilibrio entre el aislamiento y lo terriblemente invasivo que se ha vuelto el medio y los medios...estoy intentando nomás...Me empiezo a sentir incómoda cuando me encuentro con amig@s y empiezan los "temas": viajes( siento que los aviones, trenes, me pasan por arriba); que me compré; cuantos cursos y/o congresos y /u horarios complicados tengo...imaginate intentar hablar de filo, religión, política, arte, poesía...sos una desubicada, desorientada, rara, intelectualoide y si insinuás profundizar en algún tema de los que se vuelan y sobrevuelan, es una tarea arqueológica...cavar y rescatar las ruinas de lo que alguna vez fue un diálogo...

Sabés Piru que Pandora era - de la mitología, cosa que me encantaba de chica - mi preferida, sería porque rescata la esperanza? Claro yo me crié en un pueblito donde la tele era un aparatito que con suerte estaba de adorno. No la tengo incorporada, es más me molesta. Pero había lugar y tiempo para jugar, leer, imaginar y sobre todo transitar la esperanza y la espera. Tengo la sensación de que la esperanza se construye en el ejercicio de esperar y aprender mientras se espera. Había tantos motivos de espera: cartas, que se terminara la "siesta", que los amigos salieran a la calle.
Me pregunto ¿Cómo no se va a perder la esperanza si se ha perdido la capacidad y el ejercicio de esperar? Hemos ganado una velocidad que personalemnte me da vèrtigo y también me angustia. Son tantos los estímulos que no hay tiempo para aburrirse, para esperar algo y "matar" el tiempo esperando o haciendo nada. Ahora el tiempo nos pasa por arriba y no nos damos cuenta, porque estamos apurados.
Toda espera- ahora- conlleva angustia, si no llega...la habrán secuestrado? lo habrán violado, abusado, descuartizado, sido blanco de un francotirador?? Como bien escribís tenemos las catástrofes en la cabeza, está bueno estar prevenidos de ciertas cosas...pero cuando el nivel de alarma se va al carajo nos vamos al carajo los adultos y con nosotros los chicos, adolescentes, jóvenes...( Arrimarse al hábito mediano aconseja Aristóteles, pero si mencionás a Aristóteles fuera del ámbito "correcto" adquirís el rótulo de extravagante...) en fin...

Se está terminando con el ocio productivo, con la erudición inútil - que es la más linda, para mi gusto - aburrise se volvió sinónimo de depresión para muchos chicos, entonces recurren a algún chupete electrónico, en donde las imágenes pasan a una velocidad como para generar una convulsión al pobre que tenga el umbral bajo...por dios...candidatos a los ansiolíticos todos.
Uf, me fui al carajo, pero que lindo es compartir estos diálogos!!
Un beso a ambos.

Anónimo dijo...

http://www.slideshare.net/cristo33/consumo-americano-presentation

...Con verguenza, pero se los comparto!

Lorena. dijo...

...habra sido el subconciente que me traiciono?...me salio el anonimato, la verdad que cuando se trata de consumismo y la sociedad en la que vivo, preferiria el anonimato! Carinio, Lorena.

Nestor Zawadzki dijo...

Uno de mis temas preferidos es la cuestión del ocio. Pobrecito, lo condenamos de entrada y con su denigración perdimos una herramienta vital. Ana despertó un recuerdo de infancia donde me veo tirado en el pasto de mi casa (zona rural)en una siesta aburrida, buscando calorcito en los rayos oblicuos del sol de invierno comiendo mandarinas y haciendo estallar las ampollas de ácido de las cascaras... Pasaba horas viendo a los cuervos volar en las térmicas al punto de transportarme (desde ahi que vivo en las nubes, jaja)Supe que un día volaría, aunque la realidad me era totalmente adversa a las concreciones... El TV era un adorno que con suerte funcionaba con un horario mas que restringido; los amigos siempre estaban, pero los encuentros no eran virtuales...
Podria ser que esta era de desesperanza, de falta de espera, como dice Ana, sea el precio que pagamos por el vértigo de no pensar, de no "pensarnos".

Lorena. dijo...

Es el ocio o cuestion de que perdimos la alegria de las cosas simples?

No, las mandarinas "acidas"!!! memoria de unos cuantos!; hasta esto me "comercializaron" en este pais, madarinas hibridas que no sabes exacatamente que fruta es, pero algun valor o insentivo comercial/economico debe tener...las simplezas de la vida, cuando es que nos "vendieron"la idea de una sociedad tan complicada?

El otro dia, en "homeschool" con mi hijo, leimos un libro sobre la vida en los anios 1920 en esta zona, considerada remota, y unos de los utlimos lugares llamados "frontier" la autora del libro entervista en los anios 1990 descendientes de las familias que ocupaban estos territorios, con la curiosidad de ver como vivian.
Entrevista a unas 40 familias y el comun denominador era la sencillez del diario vivir combinado con la memoria de "ser felices" y la solidaridad. Le dije a mi hijo que hiciera un lista de las cosas que el consideraba "sencillas"...creo que fue una "asignio" que pago "por el vertigo de no pensar"...

El mundo consumista y materialista se basa sobre la "insatisfaccion del ser humano"...porque lo simple de esta vida no se compra ni se vende.

Rescato Ana que " la esperanza se contruye en el ejercicio de esperar y aprender mientras se espera", me gusta porque suena "positivo", y me da un sentido de responsabilidad hacia la generaciones que nos siguen.
Un abrazo.

Ana Lopez Acosta dijo...

Lorena: buenísismo el slideshare, temible pero excelente. Eso prueba justamente que el consumir indiscriminadamente nos lleva solamente a una carrera en donde la insatisfacción es la meta.

Me acuerdo Piru cuando hiciste el curso de paracaídas, tenías ganas de volar...

Claro Lorena que es positivo, mientras se espera algo ( siempre esperamos creo, con suerte, quien nada espera ha perdido la esperanza y eso es riesgoso...)que tal vez no llegue nunca se aprende, se hacen cosas, se inventan otras, se investiga, en fin lo que a uno le salga en esos momentos en donde uno está con uno mismo. Confieso que ultimamente mi mejor compañia soy yo misma (ups!!)a partir de ahí pude brindarle mejores tiempos a mis hijos, pero en definitiva es ensayo y error...
Besos

Nestor Zawadzki dijo...

Ser el mejor amigo de uno mismo es la escencia de la declaración de independencia! A algunos nos lleva toda una vida entenderlo y los tres ultimos segundos vitales aceptarlo.
Me parecen muy buenos los aportes a esta entrada. Creo que rescatar la esperanza aprendiendo a disfrutar la espera es una materia pendiente en la escuela de la asertividad. Creo que tenemos temor de asumir el ocio, la tranquilidad de la apacible espera, la confiada visión de no desesperarnos ante lo que no acontece (pre-ocuparnos)porque la proscripción incluye desde la religión y filosofía hasta la arrolladora globalización de la productividad (aunque sea estéril). (El opio de los pueblos, el sufrimiento como un vínculo a lo supremo, etc)
Ayer escuche una vieja canción de Alberto Cortez que me parece atinada:
CASTILLOS EN EL AIRE

"Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, ""¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!"".

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
""No vaya a ser que fuera contagioso...""
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocar al duende de las cosas
que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas...,
pero eso es imposible..., ¿o no?...
"
http://www.youtube.com/watch?v=CXQ0t1mkxVY