lunes, 12 de julio de 2010

El ingrediente secreto

Hacía las mejores medialunas que he probado en mi vida. Trabajaba en la panadería del colegio rural donde estudié todo el secundario, una institución con internado que ofrecía la posibilidad de pagar los estudios con trabajo mientras se aprendía un oficio. Esta panadería no solo financió la educación de muchos estudiantes, sino que mantuvo a flote la economía de la institución en tiempos difíciles.
En ese entonces no tenía claro que sería de mi vida. Trabajaba como correo llevando las cartas desde la estafeta postal local hasta el pueblo, distante a unos 7 kilómetros. Todas las tardes, haga frío o calor, llueva o truene o con una polvareda roja que se me incrustaba hasta en los orificios más recónditos, cargaba mi alforja impermeable y caminaba hacia mi destino. Si tenía suerte, hacía “dedo” y me llevaba algún auto. Algunas veces viajé en carro. No tengo gratos recuerdos del personal de correos. Creo que por ser un niño, el maltrato pasó a ser rutina para los funcionarios postales. El regreso era una tortura: retrasado, furioso y con el orgullo herido ante la impotencia.
Los jueves de tarde salían las medialunas recién horneadas. Para entregar las cartas a la estafeta tenía que pasar frente a la panadería y desde lejos sentía el aroma del pan. Uno de esos jueves nefastos, con el sol poniéndose a mis espaldas y la mochila más pesada que nunca se acercó con dos medialunas en un pedazo de papel de almacén. –“Tomá pibe” –me dijo – “es para que te mejore la cara”. No les puedo describir el placer que me produjo aquel manjar. El aroma de la masa aun tibia parecía abrirme los pulmones. Devoré la primera casi atragantándome; disfruté la segunda de a poco mientras me limpiaba el pegote que el almíbar de cobertura había dejado en mis dedos.
La ceremonia se repitió casi todos los jueves. Y, por cierto, me cambió la cara. La fragancia del pan me dibujaba una sonrisa un par de kilómetros antes. Una vez osé preguntarle el secreto del sabor. –“Mirá nene” - decía- “hay cosas que no se preguntan”. A veces conversábamos. Nunca le escuché una queja, aunque sabía que su día arrancaba mucho antes de que el sol despertara y que postergaba sus intereses para mantener rentable la producción, consciente de que de esa economía dependía el futuro de muchos de nosotros.
Como todo colegio rural la educación pudo haber tenido limitaciones. Sin embargo el modelo pedagógico integral, que incluía el trabajo como parte de la formación, nos dio las herramientas de aprendizaje necesarias para completar una carrera universitaria y alcanzar una vida independiente.

La vida lo trajo para acá. Hace poco se jubiló. Supe que el mismo día en que pasaba a retiro un administrador cruel suspendía, sin aviso, su cuenta corriente en el supermercado para el que trabajaba y adonde se abastecía, como si la condición de jubilado lo inhabilitaba a pagar las cuentas. Me revuelve las tripas imaginar la escena. Pero en el dolor ajeno descubrí el ingrediente secreto de esas fabulosas medialunas. Al fin supe que estaban hechas con una ilimitada dosis de paciencia. Porqué hay que tener paciencia de artesano para saber esperar el punto justo de una masa y, también, para soportar los desprecios de los desmemoriados.

Don Luis, además de la alegría de aquellos días, de las lecciones de vida que perduran, le debo mi carrera.

15 comentarios:

Lorena dijo...

Una de las ventajas de "madurar", al correr los anios, podemos evaluar, celebrar, agradecer esas personas que estuvieron ahi, sin que nadie se lo haya pedido.

Que noble tu gesto de escribirle un agradecimiento, pubico.

Todos tenemos un Don Luis, Don Juan etc...pero muchas veces pasamos por la vida sin ser agradecidos, pero lo que mas rescato, personalmente, es que tambien a mi se ma da la oportunidad de ser un Don Luis en la vida de otro!
Hay una frase que dice mas o menos asi, traducido.
Acordate siempre de olvidar las cosas que te han entristecieron, pero nunca olvides de aquello que te ha alegrado.

Carinios.

Lorena dijo...

...Se lee "agradecimiento publico"?!
Ana, no estas sola!! jejeje...despues de publicarlo lo leemos, habitos de mujeres?

Nestor Zawadzki dijo...

Los ancianos y los niños (no todos....) me conmueven. Las personas de generaciones pasadas y actuales que construyeron lo que somos o, aunque sea, tuvieron algo que ver, estan quedando de lado en esta cultura utilitarista. La vida suele ser como la navegación: si perdemos los referentes, nos perdemos, andamos al garete.

Lorena. dijo...

Nestor, tenes mucha razon, sabes lo que veo mucho tambien que no se si es la misma realidad en Argentina, que las generaciones pasadas crecieron en momentos dificiles, menos desarrollados.

Hoy en dia tenes un "botoncito" que lo tocas y te hace todo, no se necestia ni el esfuerzo, ni del vecino que te de una taza de azucar, porque no tenias un auto, o un supermercado a la vuelta de la esquina...el famoso dicho que crecimos escuchando.."hoy por vos, maniana por mi".

Lo veo en mis chicos, independientes, casi sin necesidad de que nadie les de una mano, todo funciona, todo esta resuelto; y es tan dificil armar artificialmente las situaciones donde tengan la oportunidad de experimentar un poquito del "otro mundo" donde las recompensas del esfuerzo llegan con paciencia, trabajo, sacrificio etc.

La solidaridad esta en extincion! no se si esta en el vocabulario de nuestros jovenes hoy dia.

Nestor Zawadzki dijo...

La creatividad en el proceso de aprendizaje no solo favorece la comprensión, sino estimula la retención de lo aprendido. El mundo se volvió muy prefabricado; se intenta definir hasta la forma en que debemos sentir con modelos estructurados o estereotipos y en base a eso se construyen modelos "para la venta".
Creo que habia mucho de aprendizaje en el proceso de fabricar un camion a partir de una madera y cuatro tapitas de gaseosas; por cierto, con algunos machucones y las protestas del padre por no dejar las herramientas en su lugar. Ese objeto era valorado por todo lo que contenía, y, fundamentalemente, por ser una pieza original.
Percibo que existe en la actualidad un cierto pánico a la originalidad, terror a ser diferente y sentirse bien con ello.
Aun en las recientes manifestaciones aqui en Argentina por la ley de matrimonio homosexual, prima el sentido de homogeinización, de ser igual, aunque para ello haya que homologar a fuerza de unificar aquello que, por escencia, es diferente.
Coincido contigo Lorena en que a nuestros hijos les falta algo, empezando por la conciencia de esa carencia.

lorena. dijo...

Antonio Percha dice algo asi, "cuando nos vemos como estos, como aquellos, comenzamos a no vernos"Frase con la cual mis hijos se han tentado a "roll their eyes" ( dar vuelas los ojos como expresion de ufa!)

La vida y sus desafios nos mantienen vivos...
Abrazos.

Ana Lopez Acosta dijo...

Hola! Qué bueno el recuerdo y el agradecimiento.
Ufa, estoy cansada de acordar todo con ustedes....será que Dios los cría y ellos se juntan??
Me pasa lo mismo que a vos Nestor, me conmueven los chicos y los viejos y los locos le agrego yo (con todo el respeto que me merece la locura)(y los animales y las plantas) y en esta enumeración reparo que faltan los adultos humanos, entonces me acuerdo de Diógenes.
También me pasa como a vos Lorena cuando veo a mis hijos con todo resuelto pienso: "a la pucha estaré muy vieja y mi paradigma no corresponde al actual o nos estaremos dirigiendo a un mundo no sustentable sin escalas".
Justamente sin paciencia, perseverancia no hay resultados, me aterra la cultura de la inmediatez.
Efectivamente estamos perdiendo(o destrozando?) los referentes, eso me parece grave, pero nadie parece pensar que ciertas cosas graves tienen consecuencias, en el apuro nadie piensa en las consecuencias ni en los resultados...
Me parece Piru que lo que escribiste en el comentario sobre la primacía de la homogeneización es así, efcetivamente, pero le veo a eso un costado más peligroso de lo que solía tener: ahora el individuo se "envuelve" en un barniz de originalidad, barniz que se cae al primer rasguño. Veo que la gente se pone en "posturas" originales, no veo que la gente se posicione realmente en sitios genuinos, es más creo que aquel/lla que tiene pensamiento propio queda - en ocasiones - casi marginado/a. Es como una especie de fascismo anestésico pacífico globalizado. En fin...
Un abrazo a ambos.

Nestor Zawadzki dijo...

Ana: ojala fueramos vecinos para compartir plantas y locuras.
Hay una cancion de Pink Floy en The Wall que define, en su titulo, lo que decis en esa fantastica ultima frase de tu entrada: "Comfortably Numb" Al final de la cancion dice "The Child is grown,
the dream is gone.
I have become
comfortably numb."

No tanto por el contenido de la letra, sino mas bien por la traducción del titulo de esta cancion; Comfortably Numb se me viene a la cabeza cuando pienso estos temas (con musica y todo).

Lo que escribis en cuanto al barniz de originalidad puede explicar porqué ciertos cambios urgentes y necesarios no se concretan desde el colectivo social.

Ana Lopez Acosta dijo...

Interesante el tema de Pink Floyd que mencionaste. Me pregunto: a medida que pasa el tiempo no es lógico necesitar, no sé si una comodidad insensible, pero sí algo de paz?....Complejo perseguir la paz inserto en la realidad. Mi vieja siempre dice que no te podrás mantener en la realidad si no tenés un pie fuera de ella...Me imagino que hay diferentes modos de preservarse. No?

Nestor Zawadzki dijo...

¡Que grande tu madre! Me encanta su frase. Buenisimo incorporar el concepto de paz en el sentido de bienestar y "desenchufe". Alcanzar ese estado requiere una cierta dosis de entrega, de rendirse. Al decir de R. Tagore: la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas. Notablemente recurre a la sabiduría, no al conocimiento...

Ana Lopez Acosta dijo...

jeje Piru, es que mi vieja es Kantiana, relativiza el conocimiento racional.
Parece, en ocasiones, que nos hemos quedado pre Kant...La convivencia, a veces en la misma casa, entre la posmodernridad y la edad media conforma un mosaico rarísimo
Un beso grande

Nestor Zawadzki dijo...

No dudo que, en ese mosaico, cada uno tiene su espacio suficiente.

daiana dijo...

Tuve la oportunidad de conocer de cerca a Don Luis y el privilegio de compartir lazos de sangre... que impotencia ver que entregó 40 años de su vida en servicio de gente que lo discriminó cada vez que pudo solo porque él no poseía un titulo académico... esto no hace más que recordarme que un titulo no te hace persona y hoy a poco tiempo de haberme graduado y de tener la oportunidad de ser una profesional, deseo nunca perder de vista aquello que Don Luis me enseño con su ejemplo de vida... que lo que a uno lo hace persona no son los títulos, ni el poder, ni el dinero ni las miles de cosas que podamos acumular en la tierra... es la humildad, el trabajo duro y por supuesto... la paciencia. Gracias Tío por haber sido un ejemplo de vida para mi, gracias Néstor por habérselo contado al mundo...

Nestor Zawadzki dijo...

Gracias Daiana por tu comentario. Hay mucha gente en el mundo, hay poca que ha logrado cambiarlo y hacerlo mejor. Don Luis es, sin dudas, uno de ellos. Siento que no son reivindicados como corresponde y que, debido a su bajo perfil, la mayoria pasa desapercibido.
Creo que los claustros universitarios deberian dedicar unos minutos todos los dias para recordar su forma y estilo de vida, analizar su legado y hacer que cada alumno siga su ejemplo. El mundo seria muy diferente con mas gente como el.

Anónimo dijo...

Hermosa historia!