sábado, 26 de febrero de 2011

Que parezca un accidente

“El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar” José Ortega y Gasset

Hace un año seguíamos la noticia de la agresión que le costara la vida a Wanda Tadei. La justicia demoró bastante en demostrar que no había sido un accidente. A partir de esa fecha pareciera que la modalidad delictiva de prender fuego a la pareja ante una discusión o desavenencia se dispersara como un incendio sin control. Hace unos días en San Justo, Bs. As., otro marido celoso quemó a su esposa envuelta en un colchón cuando llegó a su casa y la encontró conversando con un hombre.

Hay evidencia que sugiere que la difusión de actos de violencia por los medios de comunicación incitarían a personas con tendencias violentas a copiar la forma de agresión, multiplicando así la modalidad delictiva.

Hubo una época en que quemar vivos en la hoguera era la forma de desterrar la herejía. Lamentablemente muchas eran principios científicos, verdades que la ciencia demostró pocos años después. Así Calvino hizo quemar a Miguel Servet en la hoguera cuando este último estaba a punto de descubrir la circulación de la sangre, y lo mantuvo quemándose vivo durante dos horas. La Inquisición llenó de piras Europa y América. Uno de los incinerados fue Giordano Bruno por su vigoroso llamado a la razón y la lógica, en contra del dogmatismo religioso, como base para determinar la verdad. Escribió en uno de sus últimos trabajos: “Aquel que desee filosofar, antes que nada debe dudar de todas las cosas. No debe jamás asumir una posición en una discusión antes de haber escuchado varias opiniones, y considerado y comparado las razones en pro y en contra. No debe nunca juzgar o tomar una posición basada en la evidencia de lo que ha oído, o en la opinión de la mayoría, la edad, los méritos, o prestigio del orador, pero sí debe proceder según la persuasión de una doctrina orgánica que esté adherida a las cosas verdaderas, y a una verdad que se pueda entender por la luz de la razón”

Interesante postura. Riesgosa en aquella época y olvidada en la nuestra, donde tendemos a dogmatizar, comunicar o simplemente juzgar basados en argumentos y opiniones inconsistentes; en la mayoría de los casos usando como referencia la imagen distorsionada de la verdad que proyectan los medios sensacionalistas, la internet inescrupulosa o los mas chismosos del barrio.

El código penal argentino advierte sobre los “delitos contra el honor” incluyendo la calumnia y la injuria. El artículo 110 dice: “El que deshonrare o desacreditare a otro, será reprimido con multa de $ 1.500 a $ 90.000 o prisión de un mes a un año.”

No hace falta utilizar combustibles ni encendedores a la hora de incinerar al prójimo, de marcarlo con cicatrices y deformidades que pueden acompañarlo toda la vida. El mandamiento que prohíbe robar incluye el buen nombre y la dignidad como bienes pasibles de hurto; quienes dicen no matar pueden asesinar despellejando al semejante con el filo de su lengua. Como decía Voltaire, si uno no tiene las virtudes de su edad, de seguro posee todos sus vicios.

Tenga en cuenta que es más fácil dejar el fósforo en la caja que apagar un incendio, sea de llamas o de calumnias.

1 comentario:

Lorena dijo...

Que nadie trate de cubrir sus propios pecados mediante la revelacion de los errores ajenos...EW.

SI somos capaces de descubir los errores de los demas, seamos mas capaces todavia de reconocer y alabar lo bueno. EW

Si todos los que profesan ser cristianos empleasen sus facultades de investigacion para ver que males necesitan corregir en si mismos en lugar de gastarlas para las faltas ajenas, habria una condicion mas sana en la iglesia, comunida etc. EW.

Citas que no parecen ser populares en recordarlas o enseniarlas en las comunidades religiosas...se terminaria "el circo".

..y no me excluyo.
Un abrazo.