domingo, 24 de enero de 2010

El efecto mariposa

En la teoría del caos se asume que el batido de las alas de una mariposa en el Amazonas desencadena un tsunami en Japón, haciendo referencia a la relación de causalidad y, por otro lado, recordándonos que aún lo inadvertido puede incidir en ciertos hechos.
Haití, primer país independiente de América y primero en el mundo en abolir la esclavitud tuvo que pagar con sangre, sudor y lágrimas esta humillación a los blancos dueños del mundo. El bloqueo fue inmediato; Haití no existía para el resto del mundo. Tuvo que pagar una indemnización asfixiante a Francia por un siglo y medio. Ni siquiera fue reconocido por Simón Bolívar, pese a colaborar con su gesta libertadora con barcos, armas y soldados a cambio de que liberara a los esclavos. Thomas Jefferson alertó sobre la necesidad de proteger al resto del mundo del contagio de esta “lepra” antiesclavista. En Brasil, estas ideas se llamaban haitianismo.
En 1915 EEUU invadió Haití por 19 años. La razón esgrimida por el representante del gobierno, Robert Lansig, fue que Haití era incapaz de gobernarse a sí misma por su tendencia inherente a la vida salvaje y su incapacidad física de Civilización. Para asegurarse la obediencia popular el jefe de la oposición, Charlemagne Pérale fue clavado en cruz contra una puerta.
Después vinieron los dictadores que, en nombre de la libertad, sometieron al pueblo haitiano a la peor de las servidumbres: la ignorancia. Las consecuencias son evidentes frente a la tragedia. Incapacidad de reaccionar solidariamente, de organizarse para sumar esfuerzos, de protección colectiva. La bestia humana emerge, al decir de Hobbes cuando sostiene que el hombre es el lobo del hombre, alimentada desde la barbarie, el primitivismo y la individualidad. Es que el ser humano necesita de herramientas intelectuales para crecer, cultivar la mente y el espíritu, dominar las pasiones en un ejercicio cotidiano de respeto al otro.
Ahí nos encontramos con Chile. Uno de los primeros países en Latinoamérica en intentar una salida social a la cuestión política. Brutalmente reprimido con el consentimiento y la asesoría directa de los países autodenominados defensores de la libertad. Los poderosos no pueden tolerar la autonomía, un estigma del autoritarismo cultural: dirigir es someter. El mismo socialismo de antaño, al volver, transformó a Chile en uno de los países más pujantes de la región.
Chile nos enseñó que un país en serio tiene políticas públicas trascendentes al gobierno de turno, donde cada ciudadano se siente responsable y beneficiario a la vez de este proceso. Que la política no es un partido de futbol, donde mandan las barras bravas y se benefician los dirigentes, mientras la hinchada desencantada culpa al árbitro y los jugadores se enojan con los periodistas.
Simón Rodriguez, maestro de Bolívar, escribió: “Enseñen a los niños a ser preguntones, para que se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos. Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene cualquiera lo compra”. (Fuente: E. Galeano – Espejos Una historia cas universal – Siglo XXI – 2008)

2 comentarios:

Ana Lopez Acosta dijo...

Uf Piru! " “Enseñen a los niños a ser preguntones, para que se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos. Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene cualquiera lo compra”.

Estamos presenciando exactamente todo lo contrario....ni más ni menos que como siempre, pero con diferentes métodos.
Un besote

Nestor Zawadzki dijo...

Encima ahora tiene el mote de "reforma educativa"...